GRUPO TERRORISTA COMO SECTA(Análisis psicosocial)
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Este trabajo pretende realizar un análisis de la dinámica interna de los grupos terroristas a partir de la dinámica característica de las sectas coercitivas. Desde una perspectiva psicosocial, y a partir de la investigación científica revisada en ambos campos, se estudian de forma paralela las características principales que definen a ambos tipos de grupos y se analizan los distintos procesos de interacción que se producen en ambos. Se aborda la interacción entre los tres elementos fundamentales, la persona, el grupo y su entorno social próximo, deteniéndose en los factores facilitadores de la vinculación de los sujetos a ambos tipos de grupos. Posteriormente, se profundiza en las estrategias de abuso psicológico que hacen servir determinadas sectas para captar y someter a sus adeptos, combinando elementos de influencia y persuasión con otras formas de control, manipulación y coacción. Se analiza así en qué medida dichas estrategias son aplicadas también por los grupos terroristas, haciendo un balance de similitudes y diferencias que constata la intersección entre ambos grupos.
Los atentados terroristas de forma suicida vinieron a poner más de relieve los paralelismos existentes entre la dinámica de los grupos terroristas y la de las sectas coercitivas. De hecho, algunas de estas sectas desarrollaron también actividades suicidas y en alguna ocasión terroristas. Es el caso del grupo Templo del Pueblo, liderado por el reverendo Jim Jones que condujo a cerca de mil de sus seguidores a un “suicidio colectivo” (276 de ellos eran niños y adolescentes) en su granja de la selva de La Guyana en noviembre de 1978. Horas antes de inducir y guiar esa matanza masiva, un grupo de sus guardias acababa de atentar contra el senador estadounidense Leo Ryan y un grupo de familiares de adeptos y periodistas que le habían acompañado a visitar la sede de la secta y comprobar el estado de los adeptos. En el momento que iban a subir a la avioneta para emprender el viaje de regreso, los asesinaron a prácticamente todos. También el grupo sectario denominado La Verdad Suprema, liderado por Shoko Asahara, atentó con gas sarín en el metro de Tokio en 1995 causando 11 muertes y más de 5500 personas hubieron de ser hospitalizadas. Dos “suicidios colectivos” que se deben recordar también fueron los llevados a término, de una parte, por la secta de la Orden del Templo Solar a mediados de los años noventa en localidades de Suiza, Francia y Canadá, falleciendo 74 personas, y de otra parte, por la secta La Puerta del Cielo en 1997 en San Diego (EEUU) con 39 fallecidos.
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