Fui miembro activo de la Asociación Civil de Swami Sananda, por lo que pude ver y escuchar los engaños, y sentir en carne propia angustia por las manipulaciones, la mucha confusión, inseguridad, culpa intensa por acusaciones injustas y su maltrato.
Recuerdo llegado el año 1999, haciendo zapping en el televisor de mi casa, me encuentro que en el Canal 5 TNU – (Televisión Nacional de Uruguay), en el Programa “La Sed y El Agua”, de la periodista Raquel Daruech, veo que esta entrevistando a un Venezolano de pelo largo y con una pluma colgando del pelo y vestido con una túnica como Jesús de Nazaret, con gran asombro descubro que era el Maestro espiritual SWAMI SANANDA,
informando que realizaría en pocos días una conferencia en el Platense Patin Club de Montevideo, con entrada libre y gratuita. Se presentó como el “Guía e Instructor Mundial para la Humanidad”; y hoy día, 20 años después, sus seguidores están convencidos de que él es un “Maestro Ascendido”, creen que él es “Dios”.
Concurrí a la mencionada conferencia y quedé impactada al ver al grupo, por su armonía, hermandad, humanidad y amor aparente. Así que en el año 2000 me uní y comencé a participar de los encuentros (sanaciones y meditaciones) que se realizaban en las casas particulares de sus discípulos, donde se daba “el toque de energía” (sanación), algo similar al “Reiki” pero no es exactamente igual, es imposición de manos, pero no en una camilla sino que una persona te sostiene por si te desdoblas (le llaman al salir del cuerpo conscientemente) y te dejas caer al piso.
Todo era maravilloso, solo había visto a Swami Sananda en la conferencia y después se fue de Uruguay. En las Sanaciones teníamos una foto del Maestro (Swami) en la pared y los blanquitos. Sus discípulos se vestían de blanco pantalón y hering blanca (no había uniforme en ese momento).
No te exigían nada, solo vendían casetes, inciensos, fotos de Swami Sananda y de su complemento divino, Athena Sananda.
A su complemento solo la conocíamos por foto porque nunca llego aparecer en físico, (personalmente), sabíamos que estaba en España y era mayor que Swami, ella era su complemento divino, quien fue en el pasado María, la madre de Jesús, y que en esta misión le tocaba ser la “esposa” de Swami Sananda, porque era su alma gemela.
La profecía era que juntos recorrerían el mundo y toda la humanidad los reconocería en el año 2007. Predicción de Swami que nunca pudo concretar, y por ello, para justificarse ante los fieles seguidores que creen absolutamente en él, que el no lograrlo se ha debido al hecho de que la humanidad no está aún preparada.
Al concretar las actividades de los encuentros de meditación primero, y luego la de el toque de energía de “Sanación”, terminábamos todos abrazados, cantando un tema de Ricardo Montaner, Alejandro Fernández, Julio Iglesias, para en esos momentos pasarse una bolsa llamada “Donación Amorosa”, en la cual uno donaba el dinero que podía.
Swami Sananda, realizaba tres iniciaciones:
- La Limpieza Áurica: Te limpiaba el Karma
- La Iniciación en Piedra de Cuarzo: Te permite ser canal de dios para dar el “Toque de Energía”
- La Iniciación en Ámbar (aceite): La más grande te permite iniciar gente para que sea el canal directo de Dios.
Llega el año 2002 y se funda la Asociación Civil de Swami Sananda en Uruguay y en el año 2007 se alquila la sede en el Barrio Pocitos y llega Swami Sananda desde España para su inauguración. Aún continua funcionando, ubicada en la siguiente localidad:
Sede en Uruguay,
Asociación Civil de Swami Sananda
3210, Calle 26 de Marzo, Barrio Pocitos, Departamento de Montevideo, Uruguay
Cuando la instalamos, tuvimos que arreglar el local con “mano de obra benévola” (sus propios discípulos trabajaron y pagaron los arreglos que se le antojo a Swami y a su Secretaría Personal en ese momento, Ella decidía y ejecutaba a su antojo, no la podías cuestionar, porque estabas suspendido o expulsado. Tenía el total respaldo de Swami Sananda y transmitía su mandato.
En ese momento fue que llegué a estar más cerca de Swami Sananda, ahí se compró su penthouse en las Torres Náuticas de Montevideo, y empecé a conocer su personalidad y su poca “humanidad y misericordia” hacia sus discípulos.
Recuerdo una vez sentado en su mesa, éramos unos pocos con hermanos de Argentina y Uruguay. Swami decía que él, “El Maestro“, tenía que ganar U$S 5,000 dólares americanos por mes, en Uruguay. Lo que me llamó altamente la atención, porque si él era el mismo “Jesucristo” en la Tierra, para qué quería tanto dinero”.
Según su secretaría personal , habíamos subido el nivel, pero en realidad los únicos que habían subido el nivel eran ella y Swami, porque todo cambió: sus adeptos sacaban préstamos, pedían prestado dinero y se endeudaban todo el año para poder concurrir a la fiesta de Navidad y al cumpleaños de “Swami”, que tenía que ser organizado por todos sus discípulos.
Eran “Mega Fiestas“, las que él demandaba que realizasen sus seguidores; con un ticket de U$S 350 dólares americanos por persona. Invitaban a todos los discípulos de España, Colombia, México, Venezuela y Argentina; Uruguay era el país anfitrión. Esperábamos su “magna llegada” arribando en limusina o en helicóptero.
¡Todo era una bendición! Tener al Maestro en la Tierra nuevamente; y él es el cuerpo físico elegido por Dios, para llevar a Jesús de Nazaret en su interior, con una diferencia, este Dios llamado “Swami” es homosexual, contradictorio a lo escrito en la Biblia cristiana; y eso me dejaba bastante confundida. No juzgo mal a ningún homosexual porque nadie tiene derecho a juzgar y mucho menos lo que alguien decida sobre su vida, bajo su libre albedrío. Además los homosexuales son personas como yo, con derecho a elegir y a determinar lo que deseen para sus vidas. Varios amigos míos que son muy queridos son homosexuales; pero lo que Swami Sananda enseña y cómo lo enseña, me dejaba muy confundida, especialmente porque el dios de toda mi vida está lleno de amor; y Swami no manifiesta misericordia, bondad ni amor hacia todo el mundo; más bien menosprecia a quien le parece, y es bien egocéntrico, a la vez que muy ambicioso con el dinero. Lo que aprecié de su conducta fue lo que me hizo dudar de él. El cree ser un dios con infinitos derechos. Pero todos sabemos que existen los narcisistas, y personas que son mentirosas y estafadoras. Existen personas estafadoras capaces de engañar a cualquiera para enriquecerse; pero únicamente pueden estafar si existen personas que les crean todos los cuentos que ellos hacen. La inteligencia me dice que existen demasiadas personas en todo el mundo, que saben aparentar ser muy honestos y bondadosos; pero en realidad son maestros del engaño y estafadores, que son bien difíciles de identificar cuando uno los ve y conoce por primera vez. Es algo muy obvio, pero por la presión de aquél ambiente no lo podía ver. Eso fue lo que ocurrió, y es lo que finalmente terminé de comprender, cuando recibí ayuda de la Red de Apoyo. Es cierto el hecho de que aunque uno está consciente de que existen ese tipo de personas y así se comportan, viva uno como si en realidad no existiesen, por estar tratando a todo el mundo como si todos fuesen personas buenas y honestas, cuando la realidad es que existe mucha gente pretenciosa, que vive tan solo de las apariencias. Es como si nunca hubiese estado consciente de que podría pasarme a mí, el hecho de encontrarme con alguien con extraordinaria habilidad para engañarme. Sin embargo, la realidad es que a muchos les pasa, como me pasó a mí.
El manifiesta ser el mejor, el más inteligente, el que sabe de todo, el poderoso que puede protegerte y cuidarte, pero también se atribuye el derecho de insultarte y humillarte, castigándote con suspenderte y expulsarte, si él lo considera necesario, y con todo el derecho a hacerlo, según su antojo.
Recuerdo que, cuando inauguró la sede en Uruguay, vino vestido como “Jesús de Nazaret”, y todos hicimos una fila a la entrada para recibirlo. El llegó saludando a algunos y a otros les dio vuelta a la cara, con enojo. No olvido la cara de angustia de una persona que vi, su gran asombro, vergüenza y como cuestionándose sin entender. En aquellos momentos por temor a que me hiciese lo mismo, me alejé y evité saludarle. Y así, varios llegaban contentos a recibirlo, pero él despreciaba o ignoraba a quien quisiese, según le parecía, muy libremente. Casi todos los que estaban allí siguen convencidos de que él es un ser divino. Ninguno se atreve a cuestionarlo. Ellos creen que él fue elegido por la jerarquía divina, y lo veneran como a un dios. Algo que es bien confuso para los que como yo creen en la existencia de un solo dios, que es bueno, compasivo y misericordioso.
A medida que fue pasando el tiempo y por el gran cansancio de las reuniones interminables de 4 y 5 horas, yo salía extenuada, muerta de cansancio, y en general, junto a todo el grupo salía deprimida por las catástrofes que él profetizaba que nos vendrían encima, pero luego todos podíamos constatar que no pasaba nada, y debido a que se hacía evidente que las profecías no se cumplían, él desviaba la atención de todos, hablando en sus discursos sobre muchos temas no relacionados con las profecías.
El hacía muchos reclamos en sus discursos sobre el dinero que nunca era suficiente. La cantidad de todos donada no era correspondiente al nivel que Swami Sananda merecía. Se quejaba de la falta de fe en confiar en el poder de dios, porque es quien nos da en abundancia. Se quejaba de lo poco que dábamos; pero si nos dábamos la oportunidad de recibir, permitiríamos que se precipitara la abundancia en nuestra vida. Insistía en que nosotros, sus discípulos, éramos los culpables de no enriquecernos, ya que él nos irradiaba con su luz para dirigirnos y poder lograrlo, pero la culpa era totalmente nuestra, no era de Swami.
Vi con mis propios ojos, como un día expulsó humillando a una “docente”, ex discípula. Swami la acusó de difamarlo, porque su esposo encontró a Swami por la Avenida 18 de julio (una de las calles más importantes del centro de Montevideo), coqueteando con unos travestís. Por supuesto que la manera en que la expulsó no se cuestionó, porque Swami es considerado por todos sus seguidores como el ser humano más justo que puede existir en la Tierra. Expulsó también a otros discípulos por mentirle o tratar de engañarlo, ocultándole hechos. Soy testigo de la humillación a la cual fue sometido uno de ellos, que le llegó a pedir frente a todos misericordia. Decía: “Misericordia, Maestro… ¡Misericordia,..!”. Swami nunca se conmovió, más bien se le veía engrandecido en su orgullo y lo expulsó sin piedad ni perdón alguno.
Siento mucha preocupación por todo el daño, que arrogantemente Swami ha sido capaz de causar a tanta gente de buen corazón, que ignorantemente han creído fielmente en él, y no se dan cuenta de nada. Así le hayan visto haciendo daño, maltratando y humillando a cualquiera, porque están totalmente ciegos y sordos.
Todos han presenciado su falta de misericordia y compasión, su ego y ambición. Lo que vi y oí fue una demostración que lo desacreditó porque me hizo entender que él no es una buena persona y mucho menos posee las cualidades que tenía el Maestro Jesús de Nazaret, que fue bueno, justo, humilde y misericordioso. El comportamiento de Swami Sananda fue lo que precisamente me hizo despertar. Me di cuenta de toda la trama de su engaño; porque las obras dicen siempre mucho más que las palabras. Su egocentrismo, falta de humildad, lo ambicioso que es por los lujos, y lo pretencioso que es, hizo que me diese cuenta de quien realmente es él: “un vago que vive como un parásito, alimentándose del trabajo de otros”.
¡El es altamente exitoso viviendo del mantengo de sus seguidores!
Vive muy cómodamente, de quienes le mantienen y de quienes se aprovecha y manipula, hasta el punto de humillarles sin reparo, sintiendo el gran gusto de sentirse egoístamente engrandecido. Es impresionante como ha logrado que tantos de sus seguidores trabajen así, sintiéndose honrados de trabajar gratuitamente para él, tratándolo como a un rey.
El ha sido impresionantemente hábil para vivir como un multimillonario a través del invento y fabricación de una poderosa doctrina que enseña que todos deben trabajar para él e igualmente entregarle todo lo que puedan de sus sueldos. Es el dinero adquirido con el sudor de nuestra frente y como todos, llegué a sentirme culpable también de no entregárselo a él, en vez de sentirme culpable por no haberlo invertido en quienes más lo necesitaban, dentro de mi propia familia. Es impresionante como manipula a todos los que creen en su doctrina, la cual le convierte en una especie de multimillonario que nunca tuvo que trabajar como cualquier otra persona para adquirir sus millones; porque lo recibe del dinero donado por sus seguidores. Así, él no tiene que mover un solo dedo para limpiar nada, construir, reparar o invertir fuerza laboral alguna en trabajos que requieran mano de obra.